lunes, 14 de diciembre de 2009

Espejismo de una flor.


A veces te sueño, y me baño entre estrellas y deseos perfumados. Te sospecho como aquel elixir de jubilo, jugando a que te amo entre la imaginación de la gente. Tu piel es tan aterciopelada como la verdad, y tu pelo tiene extractos de pandora.
Pinto tu silueta para borrarla con mi regazo, dibujo tus sombras para estamparlas entre mis brazos.
En ocasiones me gusta ceder ante flechas y purpura, y saborear las entrañas de mis lágrimas, porque pienso que tú estarás ahí para encapuchar los siete círculos en amor iodado.
Me gusta pensar que puedo contarte un secreto con mis ojos, y que ni el mismísimo creador de los cielos podrá saberlo. O que puedo maniatar entre mis cuerdas el acorde que compone tu sonrisa, escribiendo en cada traste poesías nocturnas.
Danzas entre los caminos de mi corazón sembrando impaciencia y brotes confusos que me hacen delirar. Recurres a mi mente con una orquesta de fondo, y me haces enamorarme del cielo, la tierra, el aire, las nubes, y todas aquellas runas que conjuraron tu existencia.
Te espero entre cada melodía, con un café, una cuerda, y un suave brote carmesí espinoso. Te busco en cada rincón, a cada momento, sin saber cual es tu rostro, tu olor y tu pasión.
Volemos hasta deshacernos en ceniza estelar, bésame hasta sacar de mis labios joyas y diamantes.
Necesito que esta noche tus pulpejos lujurien con mis nudillos. Si tan solo pudiera sacarte de esta prisión llamada imaginación.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Amor ilustrado


Quisiera leer un libro de mitos y leyendas de la sangre y la pasión.
De portada aterciopelada y de hojas filosas como el temple de la cruz del caballero.
Génesis del sabio alerce, y pegajoso como la sabia del amor.
Que encierre mil miradas y el océano de dolor que nos separa.
Que disfrace en sonetos sus pechos empapelados y extraiga el brebaje tinta de mis pulpejos. Que embriague al paladar y al reflejo de luz en mi cortina solo con gotas que se mesclan entre deliciosas vocales y consonantes.
Una obra que desnude a mi lengua e interrogue a mi oído y tacto.
Quiero un libro tulipán, besar sus labios opalescentes y grabar el susurro de la tinta de mis labios en sus comisuras.
Que tenga extractos que marchiten mis letargos en espacios infinitos, y que me de un horizonte en blanco para componer el paraíso más hermoso con el furor de las aves.
Que tenga millones de páginas en blanco llenas de palabras ridículamente sentimentales. Quiero que sea rencoroso, y describa con detalles los nudillos de la mano que empuña a la asesina navaja de cascadas húmedas del fuego negro.
Quiero que sea bondadoso, y que no escatime en pasión para relatar caricias envenenadas de vida y fuego rojo.
Que tenga las metáforas más racionales para el mundo en el que el amor tiene pies y cabeza, y en donde el odio se viste de blanco.
Empapelado sobre nubes y escrito en la última estrella.
Perfumado en el cielo y forjado en el infierno.
Sombrío al sol y segador a la sombra.
Quiero un libro deseoso del movimiento pélvico de mi muñeca, y que fecunde mis frases y oraciones entre paños encuadernados.
Que genere simbiosis entre mi espíritu y mi pluma.
Quiero un libro para amar, que utilice las páginas de mi corazón para escribir sobre mi pecho una última historia de amor.

martes, 15 de septiembre de 2009

El tesoro de un falso rey



En el mercado de almas, a una jugada del destino, mi alegría empeñe por un cofre lleno de doblones, lamentos y papel consumido.
La avaricia me corrompió, y con el tiempo mi tesoro de angustia fue creciendo y creciendo, tal como el brote primaveral de la semilla que gesto a aquel árbol del fruto prohibido.
Capas y capas de una espesa mezcla de sabores intangibles a mi paladar, que rebotan en mi estomago y me dejan lleno de vacio.
Como te transportas por lo que el guerrero derramo en la lid, como mueves tu pluma con desplante impetuoso en este capitulo, orquestador de ritmos repetitivos.
Ya enganchaste tus hilos a mis sentimientos, titiritero vil, y no dejas de reírte de las caídas que tiendes para mi, sabes que mis rodillas aun sangran y eso te produce lujuria hacia mi sufrimiento.
Quiero deshacerme de ti a toda costa, pero no se que haría sin ti.
Eres esa bolsa llena de piedras que cargo a mis hombros junto con mi bolso, condenado tesoro de fantasmas vivos.
Machacas el latir al ritmo de tu tambor, y cada día apagas el sol más temprano y negocias con la luna falsa.
Te mueves en mis pulmones y le quitas la sal a mis aguas.
Quiero sacarte de aquí dentro para esconderte mas adentro, quiero pertenecer a la sonrisa sincera, y al colorido papel que ya olvide.
Borras mi mente a cada paso, y me convences de lo que no soy a cada segundo.
Carcomes mi mente y me matas, como un cáncer convences a mi cuerpo a necesitarte con pasión, y mueves mis manos alrededor de tu cintura venenosa.
Pútrido veneno de antaño, me consumes a cada trago, y me das muerte en vida a cambio de mi alma.
El final de una cinta rueda y rueda en mi proyector, y no puedo dejar de recurrir a mi celda sanguinaria y sadomasoquista.
¿Por qué no dejas tranquilos a estos parpados que ya están cansados de vomitar el fuego putrefacto de lo que me has dado?
Quiero inmovilizarme, detener mis vertientes, sucumbir en un mar de flores regado por lágrimas, y caer en el filo de la hoz.
Este camino se hace mas angosto, viciado en demonios, ojos rojos, cólera marchita y temores de ventisca.
Bórrame de tu pecho, exíliame de tu secta.
No necesito de un trueque tuerto y sin balanza.
Suelta mi mano, ya no te amo, nunca te he amado, y es que solo la lastima sigue perpetuando el beso espinoso que sello nuestro juramento maldito.

jueves, 6 de agosto de 2009

Oda a la inspiración del poeta.


Pálida y sobre hidratada
es la tarde
mescladora de
magia empapante.
Brujería de ancianas
y su piel arrugada
por el mapeo,
va danzando el viento
en aquella tarde
poco pintura,
poco Calipso.
Todos juegan
a esconderse,
todos juegan
con pasta camaleón,
en el bautizo
que un capricho celestial
conjuro
en aquella tarde
elegante y
arrogante.

Canta poeta,
canta poeta,
el vindicar plumífero
te pertenece.
No dejes
que ninguna nota
se deslice entre
enlaces
y cargas.
Canta poeta
en aquella tarde
que te pertenece
de nacimiento,
regalo divino,
que inmortalizas en claustro
arbóreo.

Lanzando dardos
sobre los blancos móviles,
sigue lamentando
que murió
el otoño,
y su pena escondida
en sangres
dobladas,
en aquella tarde
prostituta, fogosa
de piel y manta,
de suelo y corteza.

Camina poeta,
deja de ignorar
a esta diestra
tan corazón como
tus palabras,
tan fuego
como el musical nuboso,
y forja en la caldera
del elixir esencial
una tarde gestada
en nueve
pensamientos,
princesa inquieta,
coqueta, húmeda,
gustosa al manantial
insostenible
que cargamos
en un ventrículo;
Una tarde mas tarde
que aquella
la ingrata y jugosa,
bandida de lamentos
que te vio
marcarte
en el espejo nebuloso
de lo que tu
creaste y
regalaste
a este mundo.

Invoquemos
al diablo ilustrado,
y revivamos
a la enamoradiza
y soñadora
gaviota
de isla negra,
o al cuervo
oscuro
y tormentoso
de la gran manzana,
que sin luz y
sombra,
aire y
latidos,
llevan años
hablándote al oído
esculpiendo
los pliegues de tus dedos
y el ojo
de artesano
hermoseador de
desdenes,
gloria
y simplezas complejas.

Y vertamos
la copa sobre
el papel
en tinta cabernet,
en aquella tarde
que al legado
de cenizas
aun le pertenece,
que construyeron
para ti
con los ladrillos
de sus huesos
para que la amasaras
en una semilla
de vida eterna,
que regalará
un sentimiento más
a la retina
de las almas
y corazones
de la corriente
melancólica,
alegre,
obsesiva,
y viciada
del Poeta.

lunes, 20 de julio de 2009

El recuerdo de una noche olvidada.


Esta noche quise extrañarte. Bebiendo ingrata soledad, envidio a los recuerdos que pueden suspenderse en una pintura durante años, y odio el maldito orgullo protector de la gente, que evitan celebrar lo hermoso de nuestros besos, bloqueando el acaramelado y fino olor del viento que ya bailo por estas pistas.

Esta noche quise anhelarte. Desenvainando dagas, y penetrando sanguinarias imágenes en lo recóndito de la lógica y lo impulsivo, disfrazándome de nigromante de sentimientos, en una noche gemela de aquella donde decidiste dejar de marchitarte, y marchitar mi mundo.

Esta noche quise abrazarte. Sentir los senderos de piel y jazmín que recorren tu seno, dejándome caer en la textura infinita que tejes esplendorosamente bajo una cascada de latidos arrítmicos, donde mi dispráxico corazón se pierde y mi mejilla entra en cólera de fulminante pasión.

Esta noche quise besarte. Deslizarme una vez mas por aquellos perfectos surcos carmesí, que tientan a mis deseos a extraviarse en la cascada delicada de tu roce. Tan solo déjame respirar los suspiros de tu alma una vez mas, para sedar al cumulo de sensaciones que florecen cuando riego con tu recuerdo mi jardín.

Esta noche quise acariciarte. Tener una riña con el sol para convertirme en el único que le imprima matices a tu cabello. Besar con mis dedos cada centímetro del comienzo de tus ideas y el final de tus lágrimas, y oler con mi piel cada pétalo que conjuga tu identidad; suavidad de ángeles plasmados en dermis preciosa.

Hoy es la noche, donde volátiles vuelos comienzan las aves cuando regresas a calmar mi ficticio relato proyectado, en un cielo donde hoy las nubes negras metamorfosean a cuero almendrado.

Esta noche las lágrimas queman tanto como tu olvido, y mi amor no vale más que un recuerdo desechado. Esta noche quise extrañarte, anhelarte, abrazarte, besarte, acariciarte y llorarte, porque se que junto con el primer rayo de sol volveré a olvidarte.

miércoles, 15 de julio de 2009

Mariposa


Prendí velas en un nombre cuando estuve vendado
Hasta que la sed insaciable de lluvia haya cesado
Y cuando creí caer en océanos y lapsus congelante
Una sonrisa embriago la pasión acorazada de manera incesante

Como pintas mariposas en tu rostro hechicera
Te disfrazas de bruja mal criada y robas a los infantes su inocencia de cera
Tus comisuras parecen estar fervientes por contarte un secreto
Mientras socavas en mis pensamientos violetas de concreto

Seduces hasta al melancólico recuerdo que llevo en mi pupila
Inventas historias en las que mi latente cordura, inconsciente vacila
Te encargas de mantener lleno el vaso de las febriles ilusiones
Saciando la sed de mi cincel en relegadas poesías y composiciones

Sin querer removiste el velo color perdido que me arropaba cada noche
Temo lo que dejo si sigo tu vuelo; temo que mi luto, tinta me reproche
Y aunque vives en un espejismo coloreado por mis deseos e idealismo
Juguetes irreales de conciencia, y corazón marchito ya no será el mismo.

lunes, 13 de julio de 2009

Hasta que la muerte los separe.


Perpetua niebla ambiciosa y faroles coordinadamente distantes entre si rodeaban la noche donde el viento susurro el aliento fúnebre del vestido otoñal. Un matiz anaranjado negro regalado por los destellos acorazados de la luz, marcaba el paso de un pasillo invisible, y el aire oscilante entre tres fases se disfrazaba de néctar, para luego saltar desde un natural vértice, dejando huellas de su muerte en el camino.
Una silueta intentaba caminar entre los fríos velos de aquella noche. Era de paso firme, pero de rumbo dubitativo; tanto así que a ratos confundía a la melodía que componían sus pies. Escondía su mirada tras sus cristalinos y eclipsaba cualquier sonido con recurrentes pensamientos mudos y en blanco y negro. Caminaba lento envuelto en un chaquetón de lamentos, con sus manos en los bolsillos como buscando fragmentos de lo que había perdido, acariciando agujeros y barnizando sus dedos. Llevaba una carga ligera, que consistía en tan solo un cuerpo cansado, ya que su alma prefería quedarse en casa observando las cenizas del azulado fuego de la chimenea. No conocía el camino, así que solo le tomaba la mano a la humedad, dejándose llevar por la rutina, que tenia un mapa trazado a la perfección.
Eran las 22:30 cuando llego a la esquina, en donde se cruzaba su pasado y doblaba su futuro. Levanto su mirada, buscando sombras de manera coqueta con la lejanía, pero solo encontró aquel foco palpitante que conversaba cada noche con la esquina, y que siempre resalto el brillo de sus lágrimas. Apoyo su espalda sobre el cuerpo de un ya conocido farol, buscando algún abrazo entre lo espeso del blanco telar. Tomo un respiro al mismo tiempo que una gota caía sobre su hombro, la que se mostraba indecisa acerca de escurrirse por su espalda o por su pecho, cuando se dio cuenta de que su perfume aun estaba en el aire húmedo, por lo que prendió un cigarrillo para embrollar el olor de los recuerdos y la tristeza, sumergiéndose en un viciado letargo suspendido entre la desesperanza y la impaciencia. Eran las 00:00 cuando volvió a levantar la mirada, encontrando solo novias de blanco transparente entre la oscuridad. Ilusiones y sueños inconclusos tendidos nuevamente sobre el madrigal de acuarela oscura, empapan cada idea que intenta bailar entre la seda inquieta del tabaco. Y como afilando el péndulo verdugo, por su mente se tiende la misma pregunta de siempre: ¿Por qué nunca regresaste?
Un viejo vagabundo del destino, que delira finales felices en una vida tan abstracta y absurda como el primer pétalo de la melancolía invernal, jugando a pretender que la nostalgia será el autobús que traerá a ese viejo amor que ya no respira, y que llevo consigo a lo mas profundo y arenoso a su vida y conciencia. Un vagabundo que se rehúsa a compartir una taza de café o una caminata hacia el alba con la soledad. Un vagabundo que le propuso matrimonio a la rutina y a la ilusión obsesiva, maltratando su pecho, desafiando a la suela de sus zapatos, abrigando a su abrigo, siendo fumado por sus cigarrillos, engañado por su inocencia tratando de conjugar la palabra olvido; Merodeador nocturno que repite la misma hora a cada segundo, enclaustrado en el purgatorio eterno de la muerte en vida.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Envoltura de mayo.


Envueltos en otoño se encuentran mis pies y cabeza.
Tapizas con alfombra persa al gestador infante, y con tus damiselas de plata nos invitas a tu tan esperado baile estacional; damiselas preciosas, que se mueven a hurtadillas entre el ocre espumoso, alzando sus frágiles vestidos rasgados, que no temen ocultar su majestuosa desnudes y mostrarnos hasta los pulpejos de tu alma.
Muéstrame aquel cuadro mímico que regalas con recelo al invierno, y que cristaliza de ópalo las miradas y el marco en que me retratas, para eternalizar este momento, y que no sea una caricia más de las tantas que me ha robado el tiempo y el viento.
Y mi cuerpo se empapa cuando prendes las incesantes fuentes de agua seca que tiñes del añejo color que robaste del arcoíris, invocando a minuciosas sensaciones, pudiendo oler hasta el exquisito plato que la humedad esta preparando en su cocina.
Me siento en tu regazo, y me muestras esos bailes sincronizados, ensayados hace nueve meses y que culminan en una marejada de catarsis, sentenciada por mis pasos al ritmo de una hermosa opera compuesta por los tenores alados.
Toma mi mano y vamos a caminar al madrigal que has decorado, y a cada paso sintamos como cruje tu viejo lomo y como haces callar al viento.
Al final del día das de tu propia sangre para deleitar las febriles sensaciones de tus seguidores, que se embarcan en cada tela purpura, o en ese espectro rojo verde que cuelgas en las ventanas.
Duermo despierto y sueño consiente cuando apagas las luces. Miro mi esencia, y esta envuelta en otoño.

viernes, 8 de mayo de 2009

7 de mayo


Llega el siete de mayo y ya no se que celebrar; ¿Serán siete años de vacio?, ¿serán siete años de tristeza?, o ¿celebraremos que una lagrima mas cayo entre las miles que hemos bebido? Quizás brindamos por el acostumbramiento, lo que seria una mentira porque cada siete de mayo una sensación distinta ataca a nuestros corazones. Probablemente celebramos que es un día menos, sin embargo no todos los días el pecho esta tan helado y el cielo esta tan nublado. Probablemente celebramos que es un día más, y así mi celebración de mil copas rotas y manos frías tomaría algún sentido.
Este es el día donde el olor a metal se siente hasta las entrañas, y mis muñecas se enrojecen de la presión. Este es el día donde por un segundo puedo confundir el ajeno abrazo de un extraño, con una sensación incontrolable que no recuerdo olvidar.
Entonces, ¿Qué vamos a celebrar?
Este es el día donde bajo el agua miro el esponjoso anochecer, y al mismo tiempo que alzo mis brazos hacia al cielo para alcanzar ese pedacito de cielo o de aire que tu ya alcanzaste o respiraste, pronuncio con las consonantes de mi corazón feliz cumpleaños.

viernes, 10 de abril de 2009

Angelitos de turno.


“Bueno señores pasajeros, nuestra intención no es incomodar su viaje, pero mi hermanita y yo nos hemos subido a ofrecerles estos pequeños calendarios a cambio de lo que sea su voluntad; recíbalo por favor, sin ningún compromiso. Muchísimas gracias, y que dios los bendiga en su viaje…”
Nacimos para vivir, vivimos para soñar, nuestro destino es sufrir y nuestra misión es amar”.
Es increíble todo lo que aprendí por tan solo cien pesos.

martes, 6 de enero de 2009

La lengua de las mariposas urbanas


Esa tarde fueron al cine. Rieron, conversaron y caminaron. Al final de la noche, él la acompaño hasta el andén del metro. Ella lo miro a los ojos, y él supo que por más que se esfuerce y por más que quiera que no se vaya, su recuerdo y su cariño ya no viven en su corazón. Ella se fue en el último tren, el cual dejo una ráfaga de viento que ayudo a secar parte del adiós en las mejillas de él.
Él salió del metro, y se dio cuenta de que las luces de la ciudad se parecen a la lengua de las mariposas, a ojos cristalinos.

lunes, 5 de enero de 2009

Odio jugar.


Me siento como en una lobotomía ambigua, como si introdujeran pergaminos perdidos en una esquina de mis pensamientos y comenzaran a leerlos en voz baja, y ha medida que el transcurso de los días marca el ritmo sombrío de nuestras vidas, esa voz toma fuerza y cada silaba y consonante que conforman aquellos secos némesis vuelven a retumbar sobre mis hombros.
Me tienta pasear a solas con mi conciencia, ¿no será peligroso? es un juego solitario que se juega de a dos, a cada minuto que una mascara no corte comunicación entre nosotros. Un juego donde los roles toman vestimentas largas y oscuras, tergiversadas y mal definidas, y el final cae junto a tu cuerpo. Quizás aquellos pergaminos me hicieron recordar este viejo juego que tenía olvidado a ratos, o simplemente ya estoy cansado de escuchar a mi corazón que solo me propone sueños e ilusiones en los cuales ya no creo.
Ya no caen lágrimas, solo preguntas. ¿Y que sucederá mañana?, ¿saldrá el sol? Es parte de este juego, que me tiene viciado en un insomnio incontrolable.

jueves, 1 de enero de 2009

El viaje propuesto


Un marinero y una damisela, sin fin y pasión se amaron
Una familia, una vida, una caricia formaron
Atreves del tiempo, nudos y amarras ataron
Y aunque parezca ciego lector, una vida se amaron

Sin un previo aviso, solo una llamada celestial, su barco tomo rumbo
Gotas en la copa de la hermandad, y un sueño eterno derrumbo
La damisela juro amor eterno, el marinero juro amor eterno
La damisela dijo te espero, el marinero dijo esperadme en este suelo tierno

El buque tomo rumbo, y más de una generación se despidió con desdicha
Una historia de amargura y tardes eternas se ha escrito sin ser predicha
Escamosa piel solitaria mira su puerto y almohada cada noche
Trago agrio y el frio, hacen esperar su turno sin reproche

Y deseándolo con toda el alma, se asomo por su ventana con cuidado
Al fin llego su día; a buscarte y llevarte, tu amor eterno a regresado
Y a pesar de que sus botones resistían con sollozos, su vestido cambiaria
Vestido blanco, de largo velo y piel de tierra, para su amado seria

Juntos subieron al buque, y en un ultimo palpitar la damisela dijo acepto
Se soltaron las velas, un viaje y un matrimonio eternos han comenzado
Estrellas de luto, y un nuevo sol, así los dioses lo han propuesto.