domingo, 11 de septiembre de 2011

El Gato negro


Un gato negro paseaba sobre la cuerda floja
En la retina del mundo de su culpa se despoja
Rasgado es el cerrojo de sus ojos
A través de ellos el alma sacia sus antojos.

Baila entre colgantes manchados de resplandor
Mueve su cola al ritmo del miedo sin pudor
Seduce al pastor bañando de lamento a su sermón
Arrastra el manto de lo que fue sangre en pasión

Un gato negro juega con el ovillo ilusión
Juega con los sueños, el movimiento y el aire causando desesperación
De un pelaje tan suave como la seda escurridiza
Y en su piel se tejen ambivalentes lágrimas y risas

Escasos eruditos acarician tal aterciopelado lomo
Consumen entre pipas sus cabellos y resplandores de cromo
Y los hermanos le quitan la luz y le llaman Pandora
Sentados como marionetas, a la luz del destino esperan que llegue su hora

Maúlla y cruza sus huellas sensualmente entre vidas y ruiseñores
Conjuga a su gusto a los arcángeles y celestiales tenores
El felino desplante que camina imperceptiblemente entre las piernas
Con sabor amargo la apatía por su compañía son plegarias eternas

Un gato negro pasea por el patio de la primavera
Se lleva las flores machitas que envuelven en cuerda ligera
Gato negro que no distingue eternas miradas de cicatrices
Gato negro que merodea sin amor y sin matices

lunes, 21 de febrero de 2011

Ferrocarril, parte I: “despertar”


Una vida, tan llena de mariposas, polvo, noches y amaneceres. Tan llena de comidas, melodías. Una vida tan llena de muerte y de catarsis. Una vida tan llena de despertares. Despierta entre los cielos, despierta entre el nacimiento, desierta entre llanuras, despierta entre mis brazos, despierta en mi alma, despierta en la vida; limpia tu ventana, despierta en la vida.

Describiendo mis respiros trato de darle forma a aquel paraíso que todos desean alcanzar, la vida. Una moneda no es suficiente para generar vida, dirían los púrpuras pulpejos de los ambiciosos mediocres, pero tal océano de sentimientos tiene el precio que gustes.

Vivo preguntando si los versos de aquel que viaja en ferrocarril eternamente, rayan laberintos entre las perplejas miradas que buscan conseguir un boleto; no me cabe la menor duda, porque cada estrofa es vida, y la vida es el frío que sientes en tus pies, el viento que peina tu cabello, la humedad en tus labios, o las miles de palabras que dijiste y nunca dijiste.

Podría viajar escalando edificios y montañas con la punta de los dedos, acarrear el sol entre la nieve para que la luna se congele de envidia, o moldear las nubes abrazándolas hasta hacerlas llorar, pero jamás pode quitarte la vida, porque aunque la fría lid gobierne sensualmente los carnosos muros entre ríos y ríos de pasión, vida es cada segundo del ultimo suspiro, vida es el silencio que acompaña la partida del ferrocarril.

Lloraras entre los brazos de la alegría y sonreirás de la mano de la tragedia, y sin quejarte disfrutaras con desden cada vez que sea tu turno de sembrar entre la melancolía; nunca es tarde para llegar a la cita, solo requieres de un segundo para pensar, y de una vida para disfrutar.

Este viaje comenzó ayer, comienza hoy, y comenzara mañana, saborea la desdicha y has el amor con la alegría. Despierta entre la niebla, despierta entre las tumbas, despierta entre las flores, despierta entre mis labios, despierta en tu alma, despierta en la vida; limpia tu ventana, despierta en la vida.

lunes, 31 de enero de 2011

Trueque


Hagamos un trueque: te doy toda la poesía que tengo, a cambio de un espacio en tu corazón.

martes, 4 de enero de 2011

Una reina enamorada de su corona.


No se como describir lo que merodea los sauces de mi interior. Quizás solo son caprichos atolondrados que buscan extinguirse en una ráfaga de palabras; o solo ideas fugaces que un día se revelarón, y deseosas de generar eco en la punta de mis dedos, se convirtieron en agua ardiente a mis sentidos.

Tanto tiempo queriendo esculpir a una reina de corazones, sin embargo poco a poco he dilucidado como le haces honor a tu corona con el filo de tu espada. En algún momento pensé que esos pétalos marchitos eran propios del otoño, pero ahora veo que tu fachada se levanta como alas de cuervo, criadas y cuidadas, resplandecientes como falsa tunica.

Juegas con ridículas mascaras a lanzar lamentos al mundo, como si la luz del sol fuera una daga punzante, o el evangelio fueran conjuros maléficos. Boticaria, que vende botellas de ilusión, con venenoso contenido, tratas de engañar y de engatusar hasta a tú propia conciencia, y claramente no entiendes el valor que hay en tus manos.

Creo que me cuesta mirarte, por miedo a infestar mis pupilas de mentiras y desordenes descontrolados. A veces siento repudio de acercarme, por que temo llenarme de esa fragancia que emanas al sonreír o llorar. Ya no eres aquella copa de cristal y diamantes que alguna vez vi; que perfecto espejismo creaste para mi.

¿Serán ilusiones de mi mente, o es que la metamorfosis implica una crisálida de mentiras? Sea como sea, ya no eres la misma sirena encantadora.; solo te quedan disfraces, una arruinada corona, y el amor que sientes hacia tus propios labios.